ALIANZA INTERNACIONAL DE RECICLADORES

La Alianza Internacional de Recicladores es un sindicato de organizaciones de recicladores que representa a más de 460.000 trabajadores de 34 países.
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Publicado por
Escrito por Nandi Vanqa-Mgijima, International Labour Research & Information Group (ILRIG)

Región

País Sudáfrica

mayo 21, 2015

Traducido por Christian Manser


Workers World News. 10/01/2014
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Foto: ILRG.

Muchos hombres, mujeres y niños de comunidades de la clase obrera se ganan la vida mediante el reciclaje, recolectando, clasificando, reciclando y vendiendo materiales desechados por otros. La falta de empleo y de educación, y la pobreza crónica —asociadas con el neoliberalismo— han obligado a muchas mujeres a dedicarse al reciclaje. Recicladoras en la Ciudad del Cabo iniciaron ahora una iniciativa para organizarse y luchar por su trabajo a fin de ser reconocidas y de mejorar sus condiciones de trabajo.

Voces de las calles

Durante los últimos 16 años, Sis Mpumi, una recicladora, ha tratado de organizar a otras recicladoras para luchar por el reconocimiento de su trabajo. Ha vivido en el asentamiento informal Sitio B en Khayelitsha desde 1986, y dice que casi todos ahí sobreviven del reciclaje.

Neoliberalismo y el crecimiento del sector informal

Una de las razones principales por las que tantas personas, incluyendo a las mujeres, han llegado a dedicarse al reciclaje tiene su origen en el neoliberalismo. El capitalismo neoliberal ha sido desastroso para las mujeres explotadas y oprimidas. Bajo el neoliberalismo, el empleo de tiempo completo y/o seguro gradualmente ha sido reemplazado por el trabajo a tiempo parcial, temporal o precario, especialmente para las mujeres. Por tanto, el sector informal (que incluye a recicladores, trabajadoras sexuales, ayudantes domiciliarios y vendedores ambulantes) se ha vuelto cada vez más prevalente en Sudáfrica y en todas partes desde la adopción del neoliberalismo. Las mujeres representan a menudo la mayoría de las personas involucradas en el sector informal, y el número de mujeres involucradas en el reciclaje también está aumentando.

¿Qué se siente ser una recicladora?

Sis Mpumi afirma que las recicladoras generalmente están involucradas en trabajos muy arriesgados y peligrosos. Con frecuencia no tienen ropa de protección y al recolectar y clasificar están expuestas a materiales peligrosos. Como parte del trabajo, las recicladoras también corren un alto riesgo de ser víctimas de crímenes y de violencia sexual debido a sus largas e irregulares jornadas.

Los recicladores a menudo son mirados con desprecio por los vecinos y la comunidad. Sis Mpumi explica: “Nos ignoran y ven con desprecio por el trabajo que realizamos; la gente a menudo nos percibe como sucios, vagos y personas inútiles que quieren comer de los botes de basura”. El impacto de la exclusión social para los recicladores es, por tanto, enorme.

Los recicladores también son explotados y discriminados por el estado y el sector privado, incluidos los intermediarios. En efecto, los recicladores reciben muy poco de los intermediarios, quienes revenden los materiales recolectados por un precio mucho más alto. Debido a la discriminación, las mujeres en particular no siempre tienen acceso a los materiales reciclables de mayor valor, lo cual también tiene un impacto negativo en sus niveles de ingresos.

Otro problema es que a los recicladores de los townships a menudo se les prohíbe trabajar en otras áreas donde hay tipos de residuos más valiosos. Tres de los seis vertederos de la ciudad están cerrados para los recicladores que viven en los townships, y con frecuencia se les prohíbe entrar a barrios residenciales donde se pueden encontrar los residuos de mayor valor.

Las recicladoras se organizan

En 2010, Sis Mpumi empezó a hablar con un grupo de mujeres en su área que se dedicaban al reciclaje sobre organizarse en torno a los desafíos que enfrentaban como recicladoras y mujeres. Han formado ahora un grupo llamado Siyacoca, o “estamos limpiando”, que ha crecido paulatinamente. Como parte del proceso de organización, han participado en sesiones de educación política que tienen como objetivo el fortalecimiento del liderazgo de las mujeres, han analizado las restricciones y limitaciones que les son impuestas por parte del estado y los negocios, y han explorado diferentes formas de organizarse.
Mediante Siyacoca, Sis Mpumi y sus compañeras han establecido estructuras locales en Khayelitsha y Philippi. Estas se han vuelto plataformas donde las personas hablan del trabajo que realizan, y son utilizadas para alentar a las personas a unirse a la lucha. Algunas de las estrategias que estas estructuras locales de Siyacoca adoptaron como herramientas de organización han sido la educación y el escribir cartas a las autoridades que describen sus desafíos y demandas. Como no tienen un lugar específico para reunir los residuos que recolectan, a través de Siyacoca empezaron a interactuar con las Autoridades Municipales para que pusieran a disposición un lugar para este fin.