Hace algunos años ya comenzó la comercialización colectiva como modalidad de trabajo, pero en el mes de marzo más de dos mil recicladores y recicladoras de la Cooperativa El Amanecer de los Cartoneros (Buenos Aires, Argentina) la adoptaron voluntariamente ya que es una alternativa superadora para ellos/as y para todo el sector reciclador, inclusive la industria.
Antes de esta conquista, los/as recicladores/as urbanos/as tenían que llevar el material a sus casas donde convivían con los reciclables durante la semana y los sábados vendían el material a un comprador que en general pagaba precios muy bajos por el material. A partir de este año, cada trabajador/a tiene una cantidad de edificios, hogares, comercios cuyos encargados asignados le entregan el material previamente separado y la cooperativa se encarga de transportarlo, procesarlo, enfardarlo, comercializarlo y distribuir las utilidades en proporción a los kilos aportados por cada compañero/a.
Los cartoneros y cartoneras de Argentina tienen un punto de entrega asignado para que el camión levante el bolsón con los materiales reciclables que recuperaron y lo lleve a la planta de procesamiento dónde se clasifican, se enfardan y se venden. Cada bolsón está identificado, se realiza un pesaje individual y se reconoce a cada trabajador/a la cantidad de kilos que recuperó. El material se vende directamente a las fábricas, evitando la intermediación y obteniendo un precio 40% superior al de los depósitos informales.
Gracias una larga tarea organizativa y la lucha ininterrumpida de los/as recicladores/as organizados en la Federación de Cartoneros y Recicladores (FACCyR/CTEP) la realidad de subsistencia se convierte en un camino de resistencia para la transformación social.
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