ALIANZA INTERNACIONAL DE RECICLADORES

La Alianza Internacional de Recicladores es un sindicato de organizaciones de recicladores que representa a más de 460.000 trabajadores de 34 países.
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Publicado por
Escrito por Alex Cardoso

Región

País Brasil

diciembre 27, 2021


El reciclador Alex Cardoso promocionó la presentación de su libro, junto con otros recicladores vinculados al Movimiento Nacional de Recicladores (MNCR), el lanzamiento de su libro.

Do Lixo a Bixo cuenta la historia real de un reciclador semianalfabeto, negro, residente de viviendas precarias en áreas de riesgo. Comenzó a trabajar cuando todavía era un niño y fue padre a los dieciséis años, razón que lo llevó a abandonar sus estudios para mantener a su familia. Sin embargo, veinte años después, en un giro total de su vida, este reciclador regresa a las aulas, termina la escuela y consigue una plaza en la Universidad Federal de Río Grande del Sur (UFRGS).

Una historia marcada por la precariedad, la explotación laboral y la exclusión social, pero también de incansable lucha, resistencia y conquistas.

El reciclador se vuelve un referente de la organización social y representa a su movimiento frente a organismos como la ONU y la OIT a través de la organización colectiva de encuentros nacionales e internacionales, promoviendo políticas públicas tanto en conferencias de universidades brasileñas como del mundo.

Acompaña su trayectoria, crítica del sistema político y económico vigente, para entender la educación emancipadora como una búsqueda, pero sobre todo como una forma de compartir conocimientos. Estos pavimentan e iluminan el camino para que toda la comunidad escolar pueda transitarlo, promoviendo la cultura del estudio y una forma concreta de revolucionar el mundo sustentada en el trípode de la solidaridad, la empatía y el amor.

Un vistazo al libro: El reciclador y el libro

Nacido en un carro empujado por sus xadres, su diversión era separar cuidadosamente los materiales reciclables de los desechos, barrer bien el patio con su pequeña escoba y pedir monedas a las almas bondadosas que encontrase en las calles de Porto Alegre.

El hambre y la miseria, tan perversas, fueron dos entrometidas en su vida. Muchas veces lo han hecho llorar. Cuando tenía hambre, pero nada para comer, escuchaba que su madre decía: «a jugar, que así se va el hambre».

A los seis años de edad, aprendió a leer sus primeras palabras y a hacer algunos cálculos de la mano de su padre. Le encantó. Vio que el mundo era maravilloso y que las cosas tenían una lógica.

Adoraba la escuela, se sentaba justo frente a la profesora. También le gustaba la merienda porque a veces era el único alimento que tendría durante el día.

Muchas carencias marcaron su infancia, pero algo nunca le faltó: el amor de sus xadres y hermanxs, uno mayor y dos hermanas menores. Sus hermanas, siempre a su lado, aprendieron las cosas de la vida junto a él.

En su adolescencia debió abandonar la escuela, iba a ser padre y tenía que trabajar. Parecía lo correcto y no tenía opción. Su futuro estaba marcado: el reciclador que adoraba leer, pero que no podía ir más a la escuela, debería realizar un trabajo precario para siempre.

No desistió, en cada oportunidad que tenía, leía. Sus colegas de la cooperativa de recicladorxs le decían: «A leer a su casa. Aquí se viene a trabajar». Y, de hecho, así era: si no trabajaba, no comía. El dinero ya era poco trabajando mucho, más de 10 horas por día. Imaginen sin trabajar.

El reciclador siempre soñó con estudiar. Pasaba frente a la escuela y veía esos grandes portones abiertos, lxs niñxs jugando y estudiando felices. Un mundo que quería para sí, pero que no le era posible. Todavía.

Con veintiún años, con ocasión de la fundación del Movimiento Nacional de Recicladores, fue seleccionado para ir a un congreso de recicladores en Brasilia. Le encantó viajar, conocer personas nuevas y ver que su vida era igual a la de mucha gente.

Se convirtió en un representante del movimiento y tenía un número de contacto para que la gente pudiese dialogar con este. Solo, aprendió a arreglárselas con la computadora y a tipear sus primeras palabras.

El reciclador comenzó a viajar, otrxs lo convocaban para que lxs ayudara a organizarse. Siempre alegre, sonriente con todxs, mas combativo a la hora de reclamar políticas públicas y defender los derechos de lxs recicladorxs.

Luego, comenzó a recorrer el mundo, conoció muchas universidades, fue invitado a participar de clases. Se lo consideraba una persona inteligente que no necesitaba un diploma pues contaba con la facultad de la vida. Al reciclador nunca le gustó esa facultad, porque percibía que esta no era valorada como la verdadera. Para tener el diploma de la facultad de la vida, basta con estar vivo.

Con todas sus fuerzas, sin abandonar su trabajo en la cooperativa ni el apoyo que brindaba a otrxs recicladorxs del mundo, volvió a estudiar. Comenzó sentándose entre adolescentes y, con gran alegría, se graduó de la escuela primaria.

Nadie podía comprender qué le hacía sentir al reciclador ese trozo de papel, el diploma de la escuela primaria. Tenerlo era normal para quienes tenían catorce o quince años, pero para él era diferente. Precisamente, por haber sido mucho más difícil, fue mucho más celebrado.

Comenzó a frecuentar la escuela secundaria. Cuando supo que el gobernador quería privatizar la educación, no lo dudó y se reunió con otrxs compañerxs y profesorxs para tomar la escuela por 36 días. Algunxs de sus compañerxs tenían solamente seis años.

Luego de ganar esta lucha colectivamente, se graduó de la escuela secundaria. Su alegría y honradez lo convirtieron en orador de su clase y, en su discurso, pidió que la educación sea revolucionaria.

Ni siquiera se tomó vacaciones, pues al poco tiempo entró en un curso popular y durante tres meses estudió para el examen de ingreso a la UFRGS. En el fondo, creía que era posible ingresar a la universidad.

¿Has pensado, alguna vez, en un reciclador que vaya a la universidad? Sería pedir demasiado.

Hizo el examen de ingreso a la universidad y continuó con su trabajo. Un día, casi al caer la noche, mientras daba una clase sobre cómo organizar el movimiento a otrxs recicladorxs en Tocantins, al otro extremo de Brasil, recibió la noticia: había aprobado el examen.

Un torbellino de emociones lo sacudió. Quería controlarse pero solo podía gritar. Lxs demás estaban tan felices como él. No era solo un reciclador entrando a la universidad, sino todo un movimiento.

El reciclador no solo lee libros, sino que también decidió escribirlos, contar su historia. Algunas partes de esta, las más importantes, se incluyen en este libro, Do Lixo a Bixo. A cultura dos estudos e o tripé de sustentação da vida.

Este libro servirá para iluminar el camino a otrxs recicladorxs y estudiantes que, como él, quieren alcanzar sus sueños a través del estudio, no solo para la acumulación de conocimientos, sino para construir un mundo mejor.

¡Hola! Soy Alex Cardoso, puedes encontrarme en Instagram como @alexcatador. Soy reciclador, cientista social y escritor. Conté mi historia y me gustaría leer la tuya.

Revolucionemos el mundo juntos.

Características del libro:

  • Año: 2021
  • Autor: Alexandro Cardoso
  • Editorial: Dialética
  • ISBN: 9786525201191
  • N.º de páginas: 156
  • Puedes adquirir el libro directamente a través de su autor @alexcatador o en la página de la editorial.