ALIANZA INTERNACIONAL DE RECICLADORES

La Alianza Internacional de Recicladores es un sindicato de organizaciones de recicladores que representa a más de 460.000 trabajadores de 34 países.
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Publicado por
Escrito por Serter Oran

Región

País Turquía

febrero 12, 2016

Traducido por Christian Manser


Waste Picker in Turkey. Photo Sonia Dias.

Reciclador en Turquía. Foto de Sonia Dias.

Durante el proceso de integración en la Unión Europea (UE) y la Estrategia de aproximación ambiental integrada, Turquía empezó a armonizar su derecho nacional con la UE. En relación a los espacios exteriores, se promulgó la Ley Ambiental. Básicamente, esta ley autoriza a las municipalidades a tomar precauciones en todas las áreas con respecto a la protección ambiental. En 2011, se adoptó la Norma sobre el control de los residuos de envases. Estas dos infraestructuras legales apoyan la prevención de la contaminación ambiental, incluida la gestión de residuos. En cuanto a los residuos y la gestión de residuos, de acuerdo a la ley y la norma mencionadas, las municipalidades se encargan de establecer y gestionar plantas de reciclaje o de ayudar a empresas privadas a establecer plantas de reciclaje. La ley además enfatiza que la recolección de los residuos es realizada por empresas con licencias. Queda claro que los recicladores en la economía informal han sido excluidos de la Ley Ambiental.

Recicladores en Turquía

Hay aproximadamente 500 000 recicladores en Turquía

Aunque los recicladores fueron excluidos en Turquía, son actores clave en la cadena de reciclaje. A pesar del hecho de que no existen datos o estadísticas oficiales sobre el número de recicladores en Turquía, según un cálculo estimado hay aproximadamente 500 000 recicladores trabajando en este negocio. Si se toman en cuenta sus familias, su número se eleva a casi dos millones, que corresponde al 2,5 por ciento de la población total de Turquía. Considerando las características demográficas, las personas que migran de áreas rurales a zonas urbanas generalmente gravitan hacia este trabajo, no solamente por la falta de capital humano y oportunidades de empleo sino también porque sufren las peores formas de pobreza. En pocas palabras, el reciclaje es el trabajo de migrantes. El reciclaje es la única estrategia de supervivencia disponible para ellos.

Esta forma de empleo se ha expandido significativamente en todo el país, y es muy posible encontrarse con un reciclador en cualquier ciudad en Turquía. Después de la guerra civil en Siria, Turquía acogió a más de 2,5 millones de refugiados. Algunos de estos refugiados –el número exacto nos se sabe aún con certeza– se han incorporado al sector. Tampoco se ha confirmado el rumor de que estos refugiados han sido subcontratados por recicladores turcos y/o kurdos. En este caso, ¿qué ha pasado en Turquía desde principios de este año? y ¿por qué todos los recicladores están a punto de perder su trabajo?

Según TurkStat (el Instituto de Estadística de Turquía), en solamente dos años, de 2012 a 2014, el número de empresas de reciclaje creció a razón de casi 60 por ciento[ref]http://www.tuik.gov.tr/PreHaberBultenleri.do?id=18776[/ref]. Pero estos datos también muestran que se pueden ganar altos ingresos comerciales en el sector del reciclaje, razón por la cual se han establecido muchas empresas de reciclaje: para ganar una cuota de mercado. Es más, los recicladores han sido etiquetados “indeseables” en la cadena durante mucho tiempo.

Empezó con un párrafo que se introdujo en las instrucciones para el uso de portales de residuos. En consecuencia, se prohibió el comercio entre 950 empresas de reciclaje. Además, el comercio entre las empresas y los recicladores se volvió difícil porque no era aceptado como un “reporte de ingresos y gastos”; en otras palabras, no era legal u oficial. Por consiguiente, las empresas no podían realizar intercambios comerciales entre sí, y todas perdieron la oportunidad de comprar de los recicladores que eran la mayor fuente de residuos.

Sanciones penales para empresas de gestión de residuos

Las sanciones penales para este tipo de comercio son extremadamente altas. Si una empresa compra residuos de un reciclador en la economía informal, tiene que pagar hasta 140 000 liras (aproximadamente US$ 48 000) [ref]Equivalente a casi US$48 000 (US$ 1= TRY 2,97 – tipo de cambio el 29 de enero 2016).[/ref]. A menos que las autoridades públicas tomen la decisión de crear una infraestructura que apoye a los recicladores, todos los recicladores en Turquía podrían perder su empleo. Además, debido a las elevadas tasas de sanciones a empresas de reciclaje, la mayoría dejó de comprar residuos de los depósitos pequeños no acreditados. Al final, los depósitos pequeños –siendo los intermediarios a los que los recicladores venden los residuos– dejaron de comprar residuos de los recicladores en la economía informal. Bolsas cargadas de residuos se quedaron sin vender. Evidentemente, los medios de sustento de los recicladores están amenazados. Si se consideraran las condiciones de vida y de trabajo de los recicladores, y si se estudiaran sus medios de sustento, entonces los problemas que enfrentan serían más comprensibles.

La gestión de residuos en Turquía requiere un desarrollo fundamental que incluya a los recicladores dentro del sistema

Los recicladores en Turquía trabajan 15 horas al día y recolectan un promedio de 200-250 kg de residuos a diario. Sin embargo, los ingresos que reciben de esta recolección promedia son mínimos. Sus ingresos diarios no superan las 50 liras. No tienen acceso ni a la protección de seguridad social ni a buenas condiciones de trabajo. Todos desean mejoras tanto a sus condiciones de trabajo como a sus medios de sustento. Es fundamental comprender que si bien el reciclaje es un trabajo difícil y sucio, las personas que se dedican al reciclaje en la economía informal no son –como las pinta la sociedad– personas “sucias”. Es una estrategia de supervivencia para aquellos con pocas otras opciones. La gestión de residuos en Turquía requiere un desarrollo fundamental que incluya a los recicladores dentro del sistema. Actualmente, las empresas no tienen suficientes vehículos y empleados para una recolección eficaz, mientras que los recicladores no tienen horarios fijos, y pueden trabajar a cualquier hora del día. Además, a las empresas les faltan los conocimientos que los recicladores tienen sobre el reciclaje; no conocen las calles tan bien como los recicladores. Si las empresas toman la iniciativa en el desarrollo de la gestión de residuos, muy pocos recicladores tendrán empleo.

¿Qué significa esto? Un número considerable de recicladores gana actualmente más que el salario mínimo. Ellos quisieran mantener este nivel de ingresos, pero si las empresas decidieran emplear a recicladores, solamente les ofrecerían el salario mínimo, que es 1300 liras al mes (aproximadamente US$ 400 mensuales). Algunos aceptarían esta oferta para sobrevivir, pero ¿qué pasaría con aquellos con una vasta experiencia en el sector y que ganan buenos salarios? ¿Serán capaces de continuar por cuenta propia a pesar de los obstáculos, o probarán suerte en otro campo de trabajo? Esta pregunta es una que todos los recicladores formularán al contemplar su futuro.

Hacia el futuro

Debido a las tensiones crecientes en la opinión pública, el Ministro de Medio Ambiente y Urbanización dijo que el ministerio nunca firmaría un acuerdo que perjudicara a los recicladores. Añadió que las sanciones penales no eran para los recicladores; que estaban destinadas a las empresas autorizadas. Después de esta declaración del Ministro, el ministerio empezó a buscar una solución. Decidieron permitir a las empresas autorizadas comprar residuos de los recicladores en la economía informal, pero que las empresas no podrían introducirlo como “residuos de envases” en sus reportes de ingresos y gastos. Esta práctica pronto se dará a conocer al sector.

Los recicladores tienen que tener derechos sociales como cualquier ciudadano privado en la sociedad.

Este paso del ministerio es una solución temporal. Los recicladores siguen sin organizarse y, como se mencionó arriba, necesitan apoyo para mejorar su situación. Esto debe ser el punto de partida. Los recicladores tienen que tener derechos sociales como cualquier ciudadano privado en la sociedad. Tienen que organizarse como lo han hecho otros recicladores en Brasil, India, yColombia para resistir a las políticas que amenazan su existencia.

Además, se debe fomentar la conciencia social respecto a los recicladores y su trabajo y vida. Son tachados de ladrones y adictos, por información de segunda mano. Se debe acabar con todos estos prejuicios. Antes, podían decir que lo único que tenían que perder eran sus carritos, pero ahora los problemas van más allá de los carritos. Como sociedad, tenemos que apoyarlos y promover su causa; son los héroes ocultos del ambiente, y se merecen una mejor vida y futuro.

Serter Oran es investigador y candidato a doctorado en la Universidad de Ankara, Turquía.

Cita sobre la ley contra los recicladores en Turquía